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Vida, a un viejo mueble

Cuando nos decidimos a preparar ya el cuarto de mi pequeña, tenía en casa uno cómoda y mesita vieja. Y pensé porque no darle vida a estos muebles en vez de tirarlos. Bueno pues sin tener ni idea de restaurar un mueble, me fui a la tienda y me di cuenta allí que había de todo para ello. Escogí el color de pintura blanco. La pintura es especial para maderas. Una lija y cera para proteger una vez terminado. Pues me puse manos a la obra, lo cubrí todo muy bien. La pintura que compre no necesitaba lijado, directamente se podía hacer. Pero en algunos sitios estaba mal la madera y por eso preferí lijar un poquito. En el momento de pintar los cajones tuve el problema que no podía quitar los tiradores. Y ahora que hacia… Pues nada, decidí dejarlos y pintarlos de blanco también. Ala todo junto. Cuando se secó el mueble y los cajones, le di con la lija suaves toques para dejarlo suave y en zonas que pareciera envejecida. Y al ver los tiradores tan blanquitos me decidí a darle con la lija y me quedaron muy bonitos, un toque blanco con motivos dorados, envejecidos. Al terminar lo limpie muy bien para que no quedara resto del polvillo que suelta, porque hay que tener en cuenta de cubrirlo todo muy bien, porque se mancha el ambiente. Y para finalizar le di con la cera de protección del color. Es amarillenta, por lo que me arrepentí un poco de haberlo hecho. Lo limpie bien para que no quedaran restos y lo deje secar. En algunos sitios se ven como betas amarillas. Pero muy poquito. La próxima vez le doy con barniz incoloro.

Al ser un mueble para mi pequeña, lo quería más juvenil, y me fui de compras otra vez. Vi una tela adhesiva muy bonita, de diferentes colores y esa era la mía. Pues nada, pequé la tela cuando el mueble estaba completamente seco de la cera de protección que le puse y le pegue la tela con mucho cuidado.

Y este fue el resultado de mi primer mueble restaurado por mis manitas. Una experiencia de lo más gratificante. Espero os guste el resultado.

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